martes, 16 de diciembre de 2008

CONSIDERACIONES PREVIAS

El próximo 2009 se celebrarán el 200 aniversario del nacimiento de Charles Darwin (12/02/1809) y el 150 aniversario de la publicación de su libro, "El origen de las especies mediante la selección natural", y algunos movimientos ultra-cristianos norteamericanos, han reavivado las críticas a la ciencia, reforzando las tesis creacionistas sobre las evolucionistas, además de haber inaugurado un museo sobre la creación en Kentucky.

Pero antes deseo aclarar que mi ateísmo surge de mi curiosidad y mi deseo de saber. Me explico: Yo vengo al mundo sin saber nada de nada y la sociedad en la que me crio me dice que todo lo creado la ha hecho Dios; y respondo: demuestralo. Si hubiese nacido en la Grecia clásica me hubiesen dicho que el creador era Zeus; demuestralo. Si hubiese nacido en Egipto, Amón Ra; demuestralo. Si hubiese nacido en un entorno ateo me habrían dicho que todo lo existente se creó solo; demuestralo. Y hasta ahora, quien me ha dado las mejores respuestas ha sido la evolución.

Por otra parte, mi ateísmo militante no se debe a ningún tipo de resentimiento; si no a que pertenezco a ese tipo de personas que no pueden evitar intervenir cuando ven que un hombre pega a una mujer, cuando el poderoso abusa del débil, cuando el hombre destruye a la Naturaleza, cuando un vidente estafa a una buena persona y cuando los religiosos llenan la cabeza de supersticiones y miedos a, sobre todo niños, que es el ámbito donde más tienen interés en intervenir, hasta dejarles marcados de por vida.

A mi me gustaría que mis palabras no se tomaran como un ataque a la libertad religiosa de cada uno. En esta país, afortunadamente, todos somos libres de creer en Dios, los Reyes Magos, Papá Noel o el Ratoncito Pérez. A mi me gustaría que, cuando escribo sobre religión, se respetara mi libertad de expresión de igual forma que cuando cualquiera habla de política, deportes, etc.

Quienes tratan a los evolucionistas como seguidores furibundos de la ciencia como una nueva religión se equivocan. La religión es dogmática y como tal no admite discusión por más pruebas que se encuentren ya que se basan en que esas ideas provienen de un dios y este no se puede equivocar; sin embargo no hay dogmas en la ciencia; esta se cuestiona y revisa todos los días a tenor de las nuevas pruebas que se encuentren. Por ejemplo: cuando se trataba de dar explicación a la extinción de los dinosaurios, se lanzaron varias hipótesis (al margen de la chorrada esa del diluvio universal) la caída de un meteorito, la aparición de los mamíferos y la aparición de la corteza en los troncos de los árboles (¿donde está el dogma?). Cada propuesta se puso a buscar pruebas y al final se ha impuesto la hipótesis de la caída de un meteorito a raíz de la aparición de iridio en todo el planeta, en la capa que marca el fin de Cretácico; y así seguirá hasta que alguien encuentre una prueba que demuestre otra cosa distinta con mayor fiabilidad.
Así pues, en base a la libertad de expresión de la que hacía mención más arriba, quiero expresar mi absoluto convencimiento de la inexistencia de Dios.

En primer lugar, porque quien afirme que Dios existe, debe de probarlo. No son la Ciencias las que tienen que probar la inexistencia de Dios, son los que creen en Él los que tienen que demostrarlo, como los que creen en extraterrestres, nomos, fantasmas, etc.

No obstante, y ante la imposibilidad de "verlo con nuestros propios ojos", creo poder demostrar su inexistencia a través de sus supuestas obras; tanto la Biblia, el libro supuestamente inspirado por Él, como por su creación.

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