sábado, 12 de marzo de 2011

DE EYACUALADORES PRECOCES Y FRÍGIDAS

Si habéis visto mi perfil, habréis observado que no soy sexólogo (ni falta que hace) pero he oído tantas veces hablar de la eyaculación precoz y de la frigidez como trastornos sexuales, que no me resisto a exponer lo que opino al respecto.

Cada vez que oía cosas como “la eyaculación precoz es la disfunción sexual más frecuente en los hombres” o “la frigidez es el trastorno que afecta a la mayoría de las mujeres” he estado tentado de escribir unas líneas; pues el tratarlo como una especie de enfermedad hace poco por ayudar a quienes lo “padecen”; pero nunca he tenido tiempo. Ahora que lo tengo, espero que mi aportación les sea útil; a ellos y a todos.

Lo primero que les recomendaría es que dejen de verlo como un “problema”, porque no lo es; y lo voy a demostrar desde el punto de vista evolutivo que es de lo que va este blog.

Los “especialistas” que hablan de estos asuntos, lo hacen desde su formación alejada de la naturaleza; desde su convencimiento de que “el hombre está hecho a imagen y semejanza de Dios”; y con esta base es normal que no lleguen muy lejos.

Lo primero es admitir que somos animales y que nuestro comportamiento (incluido el sexual) está relacionado con nuestra naturaleza y nuestra evolución.

Al grano. El humano es un simio evolucionado de otro simio de aspecto cercano a un chimpancé; y de aquí se desprenden dos consecuencias:

Por un lado, los machos tienen orgasmos desde que se inventó, a comienzos del Mesozoico, hace unos 250 millones de años; por lo tanto, tiene 250 millones de años de experiencia evolutiva y es normal que domine el tema y que tenga orgasmos con facilidad. En consecuencia, es absurdo que se hable de la eyaculación precoz como “una disfunción sexual”.

Por otro lado, las hembras de chimpancé no tienen orgasmos; no lo necesitan. Ellas entran en celo y tienen relaciones sexuales hasta que se saben preñadas. A partir de entonces, rechazan todo contacto con machos.

El caso de la hembra humana es especial. La especie humana basa su supervivencia en su inteligencia y en el aprendizaje; por ello es fundamental la estructura familiar. Un cachorro de chimpancé (de gorila o de orangután) no necesita saber quien es su padre; solo necesita a su madre, que es quien lo mantiene y lo protege y saber quien es el macho dominante que es quien tiene más mala leche.

El cachorro humano, en cambio, necesita aprender para sobre vivir; por eso tiene una infancia tan larga. Y necesita aprender de un padre y de unos abuelos. Así la estructura familiar necesita crear lazos afectivos; y uno de ellos, es vinculo sexual entre los padres. Para ello, es fundamental la aparición del orgasmo en la hembra humana.

Así pues, tenemos al hombre con una “experiencia orgásmica” resultado de 250 millones de años de evolución y a la mujer con una “experiencia orgásmica” resultado de, tan sólo, 5-6 millones de años de evolución. Ante esta realidad biológica no es de extrañar que el hombre tenga facilidad en tener orgasmos y la mujer algunas dificultades. Entonces ¿donde está la disfunción sexual de la que hablan los “especialistas”? ¡no existe!.

Partiendo de esta realidad y asumiendola, tengamos unas relaciones sexuales que se adapten a ella. Hay que asumir esta diferencia, con la misma naturalidad con la que asumimos que un hombre tiene más masa muscular y, por lo tanto, le es más fácil levantar pesos o correr más rápido.

Entonces, ¿como deben ser las relaciones sexuales entre un hombre y una mujer?. Hacerse esta pregunta es como preguntarse ¿como debe ser un combate de boxeo entre un hombre y una mujer?; pues siendo conscientes de la diferencias anatómicas de ambos, la mujer debe de tener algún tipo de ventaja que la ponga en igualdad de condiciones con el hombre. Pues con el sexo igual.

Es normal que una mujer enamorada, durante unas relaciones sexuales, se esfuerce en que su pareja lo pase bien; pero eso no es bueno; sobre todo si a su chico le es muy fácil llegar al orgasmo; y más aún si a ella le cuesta conseguirlo. Si este es tu caso, ponte en lugar de él: esforzándose para distraerse y “enfriarse” y tu “calentándolo”. Cada relación sexual, en el hombre se convierte en una lucha, en contra de terminar demasiado pronto.

Para un hombre puede ser un coñazo tener que estar tres cuartos de hora aguantándose y esforzandose para que su distraída pareja termine de una vez. Por amor, puede hacerlo un día, dos, tres... un mes, dos, tres.... un años, dos, tres... pero llega un momento en el que se pregunta: ¿qué hago yo dando saltitos encima de una señora durante tres cuartos de hora?. Ese el comienzo del fin de la relación.

Por eso no es de extrañar que entre hombres de cierta experiencia se diga que las mejores mujeres no son las modelos; si no “las de orgasmo fácil”.

Para que se me entienda, vuelvo a poner ejemplos deportivos: imaginaos a una pareja escalando una montaña. Para él la es calada es fácil gracias a su mayor masa muscular; sin embargo es ella la que se empaña en ayudale a subir. Él tiene que resistirse a su ayuda para esperarla y esa lucha se convierte en algo absurdo.

En resumen, ¿como deben de ser unas buenas relaciones sexuales?. La respuesta se puede simplificar en: LA CHICA TIENE QUE SER EGOÍSTA y pensar solo en su propio disfrute. Tiene que olvidarse de su chico (sobre todo de esa cursilería de “terminar los dos al mismo tiempo”). Ella tiene que preocuparse en subir la montaña y no preocuparse por su pareja; él es capaz de subir por si solo, una vez ella haya alcanzado la cima.

Habla con tu pareja de esto. Si no sabes como comenzar, invítale a que lea este comentario y propónle comentarlo. Después, practica; practica mucho; propónte llegar a ser “una chica de orgasmo fácil”; tu pareja es tu mejor amigo y quien, sin duda estará encantado de ayudarte.

miércoles, 9 de marzo de 2011

LA TEORÍA DEL PANADERO

La teoria del panadero o más argumentos en contra de un diseñador inteligente y a favor del azar.

Cuando vemos una barra de pan, podemos imaginar que existe alguien que ha cogido harina, agua, sal, levadura y un horno para crearlo. Pero no solo eso, también hay que destacar el escaso despilfarro de estos ingredientes.
Poniendonos en el lugar de los escritores de la Biblia y teniendo en cuenta sus escasos conocimientos, es lógico que pensaran que tendría que existir un creador que "mezclara los ingredientes" que fueran necesarios para crear un mundo con sus paisajes, animales y hombres.
Hoy dia tenemos muchos más conocimientos que los que se tenían en tiempos bíblicos. Conocemos un sistema solar, una serie de galáxias y todo un Universo INFINITO. Y teniendo una visión global de ese Universo, uno no puede evitar recordar la frase de Carl Sagan: "¡Cuanto espacio desperdiciado". Y es cierto: ¿que sentido tine crear tantos planetas, satélites, estrellas, quasars, pulsars, galáxias, agujeros negros para tener un puñado de humanos en un minusculo planeta impercepible desde, nada más, Júpiter?. ¿Realmente hay alguien que se crea que es imprescindible la creación de Plutón, Deimos, Ceres o Andrómeda para hacer posible la existencia humana?.
El "pueblo elegido" incluso Jesús de Nazaret y todos sus apóstoles vivieron sin saber de la existencia del infinito número de astros que existen en el Universo. ¿Para que los creó Dios?
La existencia de esa inmensa cantidad de "astros inútiles" demuestra lo absurdo de la idea de un diseñador y lo lógico de un mundo habitado gracias al azar. Me explico.
Si vemos una barra de pan en un entrono limpio, podemos pensar en la existencia de un panadero; pero si vemos un paisaje salpicado de montones de harina de distinto tamaño, charcos de agua, zonas a distinta temperatura y entre todo este paisaje caótico vemos algo parecido a un pan, es lógico pensar que en ese lugar ha coincidido la harina, agua y calos suficiente para crearse el pan de forma aleatoria.
De igual forma en un Universo infinito, con una variedad de estrellas infinita, cada una de ellas con una gran cantidad de planetas, etc, etc, no es de estrañar que en, al menos uno de estos planetas surja la vida. Y si en eses planeta hay una cantidad inmensa de formas de vida a lo largo de 5.000 millones de años, no es de extrañar que al menos una de esas formas de vida sea inteligente. Y entre los miles de millones de seres inteligentes a lo largo de 150.000 años de existencia, no es de extrañar que alguno de ellos comience una revolución cultural que inicie una civilización como la nuestra mientras muchos de esos mismos seres inteligentes siguen viviendo en la edad de piedra.
Estamos rodeados de ejemplos de cosas que funcionan gracias al azar, en entornos de en los que abunan las cosas "que no funcionan" (por lo menos, bajo nuestro concepto de lo que funciona y no funciona).
Y ahora la pregunata sería ¿Y porqué la vida ha surgido en este preciso planeta en donde estoy yo?; pues porque si hubiese sido en otro planeta, en ese planeta habría una persona que se preguntaría lo mismo.